... será importante que, como sociedad en su conjunto, hagamos un esfuerzo -tanto en materia comunicacional como en los otros ámbitos de la actividad social y humana- para no dejarnos envolver en las redes de un consumismo incesante y desenfrenado. Y que cada persona procure incorporar a su concreta esfera personal los continuados avances de la tecnología con el mayor caudal posible de racionalidad, y con un análisis desapasionado y sereno de lo que cada innovación científica o técnica habrá de agregarnos, en definitiva, a nuestro espacio de vida individual.
Será de inestimable valor cuanto hagamos por establecer una saludable
diferencia entre la necesaria e ineludible tendencia al consumo y la exacerbación que conduce al consumismo.
El consumo -racional, sensato, destinado a satisfacer las reales necesidades de la vida- es un valor que toda sociedad procura estimular y canalizar en relación con sus permanentes y razonables expectativas de progreso.
El consumismo como todo "ismo" remite a una situación extrema o
descontrolada, en la cual se han traspuesto los límites que imponen la
razonabilidad y el buen juicio.
El consumo es la vida en su adecuada y saludable conexión con lo que somos o con lo que necesitamos ser en cada coyuntura o en cada momento. O, en todo caso, con lo que aspiramos a ser en un futuro razonablemente cercano.
El consumismo, en cambio, es el hijo dilecto de una fantasía que altera o distorsiona nuestra propia realidad o nuestra propia imagen, convirtiéndonos en esclavos, en un remedo de lo que somos o en la imagen de lo que nunca seremos.
El consumismo, en cambio, es el hijo dilecto de una fantasía que altera o distorsiona nuestra propia realidad o nuestra propia imagen, convirtiéndonos en esclavos, en un remedo de lo que somos o en la imagen de lo que nunca seremos.
que buen blogger
ResponderEliminarlolllllllllllllllllllllllll
ResponderEliminarperdonnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
ResponderEliminarlolllllllllllllllllllllllll
ResponderEliminarbien
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